Sabor a mí, la historia del bolero más romántico del mundo

Conoce la historia de Sabor a mí, el bolero más romántico del mundo y la vida de Álvaro Carrillo, el cantautor oaxaqueño más romántico de México.

Sabor a mí es la canción más famosa del compositor Álvaro Carrillo y probablemente el bolero más romántico de todo el mundo, al ser interpretado hasta la fecha por artistas de talla internacional. Conoce la historia de esta inmortal pieza y detalles que no conocías de la vida del afamado cantautor mexicano.

Álvaro Genaro Carrillo Alarcón nació en Cacahuatepec, Oaxaca; el 2 de diciembre de 1919 y entre sus más de 300 canciones, la más famosa es Sabor a mí (1959), probablemente el bolero mexicano más romántico que existe.

Álvaro Carrillo fue ingeniero agrónomo y ejerció su profesión por un tiempo. Sin embargo, su pasión por la música y la composición estuvieron presentes en su vida desde muy temprana edad; por lo que nunca pudo resistirse a llevar una vida bohemia.

Por azares del destino y víctima de los rezagos de la Revolución Mexicana, “El Maestro” (Como se le conocía a Carrillo) tuvo una vida llena de glorias y sucesos que lo llevaron por el camino del éxito musical más allá de las fronteras.

La humildad e infinita creatividad a la hora de componer canciones eran aspectos característicos del maestro Álvaro Carrillo; cuyo romanticismo y talento le dieron un lugar más que merecido entre los cantautores más afamados de México.

Álvaro Genaro Carrillo Alarcón nació el 2 de diciembre de 1919 en Cacahuatepec, Oaxaca. Fue hijo de José María Carrillo Jiménez (originario de Cacahuatepec) y Candelaria Morales de Carrillo (de Juchitán, Oaxaca).

Álvaro y sus hermanos: Seledoneo, Porfirio y Rosa María, perdieron a su madre desde muy pequeños, siendo adoptados por la segunda esposa de su padre; Teodora Alarcón, de quien tomaron el segundo apellido por el cariño con el que los recibió y creció.

Después de estudiar la primaria en Cacahuatepec, entró al Internado Agrícola Indígena de San Pedro Amuzgos en Oaxaca, alrededor de 1935; el cual fue clausurado por el proceso de reparto de tierras por el que atravesaba el país.

Durante esta etapa de su vida; Álvaro Carrillo se la pasó en fiestas populares tocando y aprendiendo sobre los diferentes sones costeños como las chilenas, boleros y rancheras.

Después, el gobierno dispuso que los rezagados del Internado Agrícola Indígena de San Pedro Amuzgos se reintegren a los estudios en el Internado de Ayotzinapa, en Guerrero.

Durante su juventud, su carácter romántico y talento musical fueron la fórmula perfecta para canciones como Celia, inspirada en una muchacha de la que se había enamorado; o La Amuzgueñita, canción que hizo bajo petición de un amigo suyo, dedicada especialmente para la novia de aquel.

Las historias sobre la época temprana de Álvaro Carrillo cuentan que llegó a ayudar a sus compañeros del colegio llevando serenata a las muchachas que pretendían, con una canción especial de la autoría de Carrillo; que cambiaba de nombre según la señorita a la que fueran a visitar. 

Alrededor de 1940, ingresó a la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo, la cuál tenía en ese momento un régimen militarizado; por lo que Carrillo tuvo siempre graves problemas, pues constantemente se escapaba para ir a tocar.

Según la historia, su pasión por componer canciones y hacer música hizo que dejara la escuela y perdiera 1 año. Se dice que el director del colegio lo convenció y fue así que logró terminar la carrera de Ingeniero Agrónomo en 1945.

Al terminar la carrera, dejó como legado la canción “La Llorona Chapinguera” (Adaptación que hizo de la letra de una canción popular del Istmo de Tehuantepec) y “Adiós Chapingo”, considerada un himno por dicha institución.

Se cree que aunque Álvaro Carrillo no fue un gran estudiante, le tuvo tanto cariño a su escuela, que Ena es el nombre de una de sus hijas. Conoce la historia de Sabor a mí

Álvaro Carrillo abandona su carrera y se dedica a la música

Carrillo ejercía como ingeniero agrónomo en la Comisión Nacional del Maíz, época en la que celebraba una gran amistad con el trío Los Duendes, quienes grabaron su canción “Amor mío”; cuyo gran éxito fue la razón por la que el compositor dejaría su trabajo para dedicarse a la música por completo.

Grandes canciones como Cancionero, sabrá Dios y Sabor a mí son solo algunos de los grandes éxitos del maestro; que llegó a dominar géneros como el pasodoble, la chilena, el bambuco, la ranchera, el bolero y muchos otros.

Entre los artistas que llegaron a colaborar con él están Los Duendes, Los Ases, Los Panchos, Gloria Estefan, Frank Sinatra, José José, Luis Miguel, Rocio Dúrcal, Eydie Gorme, Vicente Fernández y un sin fin de grandes voces alrededor del mundo.

Entre las divertidas historias que se cuentan del maestro Carrillo, una muy famosa fue la vez que un guerrillero que estudió en la misma escuela que él, lo mandó a llamar para que fuera a cantarle al cuartel; a lo que el virtuoso aceptó y convivió una semana con su compañero del colegio, llevándose a casa un rifle y un machete como regalo.

Otra leyenda cuenta que un día Carrillo se encontraba en en la oficina postal y al comprar una estampita preguntó “¿Cuánto va a ser señora?” a lo que la despachadora le contestó “Señorita, por favor” y el maestro dijo “Sabrá Dios”.

Todos los que le conocieron alguna vez y escucharon la historia confirman que muy seguramente pasó así, pues Álvaro Carrillo era muy conocido por encontrar inspiración en casi cualquier lugar y en las situaciones menos pensadas.

Una historia más cuenta que un día el presidente Adolfo López Mateos lo mandó a buscar para escucharlo cantar. Al terminar su encuentro, la anécdota cuenta que el presidente le extendió un cheque en blanco y le preguntó cuánto quería ponerle; a lo que el cantautor, siempre humilde contestó: No sé, lo que tú quieras, no debo abusar.

En tiempos más recientes, figuras como la mexicana Natalia Lafourcade o la norteamericana Kali Uchis, han interpretado las canciones del maestro:

Sabor a mí, la historia del bolero más romántico del mundo

Sabor a mí es la canción más conocida de Álvaro Carillo y ha sido interpretada a lo largo de los años por artistas de todo el mundo. Fue registrada un 11 de julio de 1958.

La pieza se popularizó internacionalmente por el trío Los Panchos en compañía de la talentosísima Eydie Gormé en 1959.

En una ocasión, el cancionista japonés Yoshiro Hiroishi (Quién llegó a grabar su versión de manera oficial) visitó la Ciudad de México y como muestra de respeto y cariño por el trabajo del compositor oaxaqueño; lo localizó en el local donde se presentaba, se vistió a la manera tradicional japonesa y cantó Sabor a mí para su autor.

La historia de cómo nació Sabor a mí cuenta que en diciembre de 1957, Álvaro Carrillo estaba comprometido con Ana María Incháustegui y se encontraban en una velada a la luz de las velas.

El artista bebía coñac y besaba a su amada, mientras que ella después de un rato, le reclamó que dejara de tomar tanto; diciendo que de tanto tomar y besarla ya la estaba emborrachando y con el sabor al licor en los labios.

Es aquí donde Carrillo respondió:

Lo que llevas en la boca no es sabor a licor, es sabor a mí. 

Ambos, poetas en el alma y cómplices en el arte, supieron al instante que esa frase y ese momento sería inspiración para una canción. Pero nunca se imaginaron que Sabor a mí se convertiría en el bolero más romántico de todos los tiempos, nacido de un beso de amor y licor.

El maestro Álvaro Carrillo falleció trágicamente el 3 de abril de 1969, cuando regresaba de la toma de posesión del gobernador del Estado de Guerrero. En la autopista México – Cuernavaca, el artista, su esposa y el chofer perdieron la vida tras un accidente automovilístico en donde 2 de sus hijos salieron ilesos.

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